La histórica asunción de Violeta Barrios cumple 34 años

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El pueblo de Nicaragua está esperando otro momento histórico. • Foto: Cortesía

La mañana del miércoles 25 de abril de 1990, Violeta Barrios de Chamorro, ingresó al antiguo Estadio Nacional vestida de blanco. Entró al coliseo a bordo de la tina de una camioneta, también blanca, desde donde saludaba a la multitud que la vitoreaba a la vez que agitaba banderas azul y blanco.

En un acto que parecía surrealista, Violeta Barrios, conocida popularmente como doña Violeta, recibió la banda presidencial por parte de un compungido Daniel Ortega, para asumir la presidencia de la República de Nicaragua durante el periodo 1990-1996.

Barrios de Chamorro llegó al poder tras derrotar, contra todo pronóstico, al Frente Sandinista de Liberación Nacional en las elecciones celebradas el 25 de febrero de ese mismo año.

Mientras ingresaba al recinto, la nueva mandataria era ovacionada por la multitud que asistió para vivir y celebrar aquella fiesta cívica que cambiaría el rumbo de Nicaragua, después de casi una década de una guerra que estaba desangrando al país.

El estadio estaba abarrotado, y en la tarima habilitada para la ocasión estaban las delegaciones diplomáticas acreditadas en el país, así como los jefes de gobierno e invitados especiales que llegaron a Managua desde diversos países del mundo.

Hoy se cumplen 34 años de ese histórico momento que generó emociones encontradas en Nicaragua. En medio de la algarabía también había tensión.

Ese día doña Violeta se convertía oficialmente en la primera mujer que asumía la primera magistratura de la nación, y lo hacía en un contexto complejo y adverso, definido por una Nicaragua convulsa que recién salía de un conflicto bélico que asoló al país durante la década de los años ochenta.

Tras los acuerdos de Esquipulas, promovidos por el expresidente costarricense Oscar Arias Sánchez, y suscritos por los presidentes centroamericanos a finales de los ochenta, el dictador Daniel Ortega se comprometió a celebrar elecciones libres en Nicaragua, las que se llevaron a cabo en febrero de 1990, con unos resultados contra pronósticos que sorprendieron tanto al FSLN como a los sectores de oposición en ese momento.

Violeta llegó al poder por medio de la Unión Nacional Opositora (UNO), una coalición conformada por 14 partidos políticos que se enfrentaron al FSLN.

Lamentablemente Ortega volvió al poder en 2007 y desde entonces ha consolidado una de las dictaduras más crueles de Latinoamérica. Sin embargo, el pueblo de Nicaragua está esperando otro momento histórico: la caída de la dictadura Ortega Murillo, porque está claro de que todo lo que sube, tiene que bajar.

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