Si vas a tomar, toma en cuenta lo siguiente

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El alcohol sigue afectando al cerebro y al cuerpo mucho después de que se haya terminado la última copa. • Foto: CANVA / Onda Local

Algunas personas prefieren tomar alcohol durante sus vacaciones y fechas festivas. Y aunque nuestra intención no es juzgar por sus decisiones, es claro que hay quienes beben más de los límites, ocasionando consecuencias negativas para ellas y personas allegadas.

En general el exceso del consumo de alcohol explica pero no justifica comportamientos imprevistos de las personas, algunos pueden ser muy peligrosos como la agresividad, y otras como la falta coordinación para hablar y desequilibrio para caminar, constituyen clara evidencia de estar “hasta los quesos”, “hasta donde no es”, “bolo”, “borracha”, “bajo los efectos del alcohol”, entre otras formas de decirlo.

Basándonos en información del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), resumimos algunos de los principales aspectos a comprender, si perteneces a ese grupo de personas que les apetece ingerir alcohol.

De paseo en familia o amistades

Eventualmente las familias o grupos de amistades preparamos todos los detalles para realizar un paseo a cualquier destino en la temporada de vacaciones. Puede que sea la playa, un río, una montaña, en cualquiera de los casos alguien toma el liderazgo o las llaves del vehículo para guiar a la “pandilla” al tan esperado o improvisado viaje.

Arroz, sardina, frutas, carne, pescado, refrescos, hielo y las cervezas van amotetadas en un solo termo; y por ahora todo camina bien. Pero qué pasa si la persona que está al frente del grupo o quien conduce el vehículo decide romper el hielo, abrir la primera lata o tomarse unos tragos antes de iniciar el viaje, cuidado con eso. Aunque apenas sean los primeros “tragos técnicos”, algunas personas pueden no reconocer que su capacidad para tomar decisiones y las destrezas para manejar el carro están desapareciendo, incluso antes de que la persona se sienta borracha.

Según el NIAAA, al principio el alcohol actúa en el cuerpo como un estimulante, que puede generar sensaciones de ánimo y entusiasmo. La entidad sostiene que el alcohol disminuye la capacidad para distinguir situaciones de riesgo e induce la toma de decisiones imprudentes, como ir a altas velocidades o entrar a aguas profundas sin saber nadar.

Lagunas mentales

Estas lagunas aparecen, o más bien desaparecen los recuerdos en un proceso cerebral conocido como consolidación de la memoria. La alta concentración de alcohol en la sangre actúa como un depresor, que puede ocasionar desmayos o que las personas realicen actividades sin recordar lo ocurrido. Antes de tomar no olvidemos que beber no será la excusa para cometer delitos, sino un agravante de las responsabilidades. Pero además, el consumo indiscriminado amenaza la vida porque más allá de los recuerdos, se podrían suprimir algunas funciones vitales.

Voy a dejar de beber

Cuántas veces hemos escuchado la afirmación “Ya voy a dejar de beber. Esta es la última”. En ese sentido, muchas personas creen que porque ya se bebieron el último trago, su condición de “bueno y sano” se obtiene como por arte de magia y creerán que pueden subirse al carro para manejarlo “con precaución”.

Tal vez beber una taza de café negro y amargo y comer fuerte sean un buen intento por “bajarse el guaro” pero el NIAAA afirma que el alcohol “sigue afectando al cerebro y al cuerpo mucho después de que se haya terminado la última copa”. El alcohol en el estómago y en el intestino sigue pasando al torrente sanguíneo, lo cual provoca un deterioro del juicio y de la coordinación durante horas, explica la institución especializada.

No subestime al guaro

Menospreciar los efectos del alcohol o creer que se tiene control de su consumo puede ser de alto riesgo. Pero si persisten las ganas de beber, una forma responsable de proceder es autoevaluar el comportamiento personal cuando se está bajo los efectos, porque los riesgos están a la orden del día. En Centroamérica se reportaron 477 muertes en las vacaciones de Semana Santa en 2023, siendo los accidentes de tránsito y las sumersiones las principales hechos, los cuales en su mayoría fueron relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas.

Beba de manera alternativa

Tal vez solo sean ganas de tomar y no de generar daños, pero ante los peligros que implica, siempre es necesario atender algunas recomendaciones:

El agua, los jugos de caja, gaseosas o refrescos naturales ayudan a bajar los efectos de deshidratación del alcohol, mientras reducen el espacio en tu cuerpo para alcoholizarlo.

Consumir alimentos saludables reduce el consumo de alcohol a falta de espacio donde almacenarlo. Pero además la comida funciona como un colchón que disminuye los efectos de irritación estomacal, que nunca faltan al día siguiente de cada emborrachada.

Y si finalmente no le convencimos de no beber por su propia vida, de su familiares y amistades, es necesario nombrar a una persona verdaderamente responsable para asignarle el rol de la conducción del carro y de las decisiones del grupo.

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