Alondra Cáliz: “nosotros no queremos un trato especial, queremos un trato justo”

 None

La fuente principal de ingresos para Alondra Cáliz son labores relacionadas al estilismo. • Foto: Onda Local

Para integrantes de las comunidades diversas, desarrollarse en ambientes de ciudad donde ya existe cierta conciencia y respeto a sus derechos es a veces muy complejo y lo es más en zonas rurales que están regidas por la religión y las costumbres.

Cada 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo LGBTQ+, fecha en la que se visibiliza la lucha de las personas diversas por reivindicar sus derechos. 

En las comunidades indígenas y afrodescendientes del Caribe Sur del país, ser miembro de la comunidad LGBTQ+ es “algo muy difícil” debido al poder de la religión en las vidas y comportamientos de las familias, la cual influye significativamente en sus intereses y preferencias sexuales.

Tradicionalmente los hombres indígenas se dedican a la caza y pesca, forman una familia a temprana edad, tienen hijos y el ciclo continúa. Esto es lo “normal” en su entorno tradicional comunitario según describen, pero hay otra realidad que los líderes comunitarios prefieren ocultar y es la diversidad sexual y de género que está presente en cada una de las comunidades.

Lea de Onda Local: Cartilla de diversidad sexual es una contradicción afirman activistas

Alondra Cáliz realizando labores de cocina en su comunidad la cual está ubicada al norte de Bluefields. Foto: Cortesía

Exclusión y trato hostil

Alondra Cáliz es una chica trans, originaria de una comunidad Ulwa en el Caribe Sur del país, ella confía que muchas de las comunidades excluyen a quienes se declaran diversos, advierte que estas personas sufren rechazos familiares y se ven obligados a salir de su entorno a buscar nuevos horizontes donde sientan mayor aceptación y estabilidad. Según Cáliz muchas veces este entorno son las ciudades grandes, donde  a su juicio la diversidad tiene un toque de “falsa inclusión”.

“Yo vivía algo muy difícil, no sabía si seguir en mi comunidad y olvidarme de lo que sentía o luchar por lo que yo realmente quería, descubrirme, y ejercer el estilismo. En mi comunidad los hombres no son estilistas, son constructores (como mi papá), son pescadores, agricultores, pastores. No son como yo”, insistió Alondra.

Al respecto, un psicólogo consultado en condición de anonimato considera que situaciones como la de Alondra, son detonantes de traumas que deben ser atendidos porque involucran desapegos de vínculos emocionales familiares y se relacionan con la batalla de la identidad y el rechazo a lo nuevo.

“Esto es muy normal cuando se da la ruptura de un vínculo cercano, que tiene como base una jerarquía que busca orientar el comportamiento de los inferiores a un lineamiento, en este caso a la orientación sexual tradicional y el escape es esto que vemos”, explicó.

También: Los derechos de las mujeres, qué lugar ocupan en las agendas

Una lucha diaria por el reconocimiento y el respeto

“Yo pensé que en Bluefields podía ser libre y realmente no. Pensé que dejaría de luchar pero tengo que trabajar para visibilizarme y hacer valer mis derechos”, reflexionó Alondra.

Aunque en Bluefields, la discriminación no se viva por el simple hecho de identificarse como una persona diversa, hay otras formas de marginación que se mantienen entre ellas la falta de equidad en los empleos puesto que son los hombres heterosexuales quienes controlan los cargos de poder y la comunidad LGBTQ+ es buscada por ejemplo como equipo de apoyo en tarimas y show de talentos.

A pesar del entorno complejo, Alondra trata de hacer conciencia en la sociedad con su historia “nosotros no queremos un trato especial porque no somos especiales, queremos un trato justo, eso es lo que debemos recibir. No es fácil lo que yo viví, ni lo que vivieron mis hermanas, todas quisiéramos llegar a nuestras comunidades y ser quien somos en nuestro interior, nos encantaría llegar con nuestras pelucas, vestidas, y maquilladas. Por ahora no podemos”, lamentó Alondra.

Noticias | Alondra Cáliz: “nosotros no queremos un trato especial, queremos un trato justo”