La relación entre la iglesia católica y la dictadura de Daniel Ortega es peor que en los 80, afirma sociólogo

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El Papa Francisco junto al obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, quien está detenido por no querer irse a Estados Unidos. • Foto: Arquidiócesis de Managua

Con las recientes declaraciones del Papa Francisco en donde califica a Daniel Ortega como un dictador desequilibrado, la relación entre la iglesia Católica y el régimen empeora.

El medio de comunicación Infobae publicó una entrevista en la Francisco calificó al régimen como una “dictadura grosera, guarangas”. Esta es la primera vez que el jefe de Estado del Vaticano y la iglesia católica, califica de dictadura al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en el exilio forzado, reaccionó en su cuenta de Twitter: “La dictadura de Nicaragua se precia de citar, saludar y felicitar al Papa Francisco. Hoy él les ha dicho lo que son: una dictadura de desequilibrados, vulgar y anacrónica, al estilo hitleriano y comunista. Creo que no es la primera vez que los ve así y no es tarde para decirlo”.

Otro sacerdote que se pronunció en sus redes sociales fue Uriel Vallejos, “hoy arde Nerón y Agripina, con estas palabras del Santo Padre, con las que tenemos que llamar al régimen: desequilibrado, comunista e hitleriano de los años 30”. Uriel fue declarado prófugo de la justicia por la pareja dictatorial. 

La lectura que hace un sociólogo desde el exilio, es que el régimen creyó que con la liberación de 222 personas presas políticas iba a quitarse el foco de la comunidad internacional, sin embargo, ha sido todo lo contrario.

“La forma atropellada como lo hizo tuvo un efecto contrario que hasta una persona tan cuidadosa en las cosas que dice como el Papa Francisco, los condena y además los compara con una situación horrible y ocupa una palabra que en Argentina es fuertísima y les dice guarango, que es hablar de una persona vulgar, sin límites. Esto significa una señal de cuán aislados están”.

El sociólogo está seguro que estos comentarios del Papa Francisco empeorarán las relaciones con la dictadura. “Las declaraciones de Ortega no han sido para nada diplomáticas, y la respuesta del Papa fue contundente, y se mantuvo elegante, pero él hace dos señalamientos: que Ortega no puede estar bien de la cabeza y que es una dictadura extemporánea”.

El 22 de febrero de 2023, el dictador catalogó a la Iglesia Católica como una mafia. “Los obispos, los curas, los Papas son una mafia”, aseveró Ortega durante un mitin.

El sociólogo señala que, a diferencia de Juan Pablo II, quien fue beligerante contra la dictadura sandinista en los años 80, Francisco ha tenido un tono muy conciliador.  “El conflicto que vive hoy la iglesia con el régimen es totalmente producido por Ortega y Murillo, en los 80 era más complejo, porque estaba de por medio asuntos ideológicos y la Guerra Fría”, afirma el experto, quien recuerda que lo más lejos que llegó la dictadura contra la iglesia fue expulsar al obispo de Chontales, Pablo Vega, en 1986, acusado de traición a la patria por haber asistido a una reunión en el Congreso de los Estados Unidos.

Actualmente, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, continúa preso. En la cárcel continúan detenidos los sacerdotes Manuel García y Leonardo Urbina, quienes no fueron liberados por la dictadura.

De igual forma, la dictadura prohibió las procesiones en las calles durante la Semana Santa. En marzo de 2022, el Vaticano confirmó la noticia de la expulsión del Nuncio Apostólico, el representante del Papa en Nicaragua, Waldemar Stalislaw Sommertag.

 

 

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