Dos periodistas y unas viejas vandálicas

Al despertarme el miércoles 28 de septiembre,  yo sabía que tenía una asignación para toda la mañana. Mi trabajo era cubrir periodísticamente las acciones de protesta de un grupo de mujeres por la despenalización del aborto, frente a la Asamblea Nacional.

Resultó que detuvieron a las feministas y, ¿Qué hace un chavalo que comienza en esas cosas del periodismo? Estaba tomando fotografías de lo más tranquilo, las mujeres forcejeaban verbalmente exigiendo explicaciones, yo en medio del rollo sin flash, bajo el sol hasta que a uno de los retratados no le gustó que lo fotografiaran. ¡Ah pero ellos si podían tomarme fotos a mí, o a las mujeres y su vehículo!

Me detienen, me ponen las chachas (“esposas” es muy frívolo) e inmediatamente subí a pasarela de “MisterTín” me tomaron más fotos que la abuela en mi primera comunión. ¿Para qué fotografiarme? ¿Quiénes eran los tipos motorizados vestidos de civil? La única respuesta fue –¡Yo soy la autoridad y hago lo que quiero!- nuestra “gloriosa” Policía Nacional y sus buenas formas, tomándome violentamente de la cara y obligándome a ver sus cámaras.

Una hora retenidxs, más de dos horas enchachado y la frase del día fue –Ve, pensé que estas protestas solo las hacían chavalos como este pero, mirá vos el montón de viejas vandálicas-.Celia Contreras, Luisa Molina, María de Jesús Tenorio, Jessica Hernández  y Patricia Orozco eran las viejas “vándalas” a las que se refería el oficial de policía que me estaba “cuidando”. También fue detenida mi colega Duyerling Ríos periodista de Onda Local. Su delito tomar fotografías y videos.

¡Y así fue mi estreno en esta aventura periodística! (nótese mi sarcasmo) porque la furia en el momento y el sentimiento de impotencia se respiraba frente a la Asamblea. Al verme inmovilizado de mis manos, empujado y agredido sentí por un breve instante el deseo de actuar como Zinedine Zidane frente Materazzi en la final del mundial de Alemania en 2006 pero, si me hubiera defendido de esta manera posiblemente les estuviera escribiendo estas líneas desde una “cómoda” celda en el chipote.

Nos liberaron sin explicación. La madre tierra hizo temblar a Nicaragua porque a sus hijas las tenían detenidas, tuve llamadas y visitas hasta de mi dentista y al final me queda claro que las autoridades de este país se sienten incómodos cuando son cuestionados por su actuar, cuando un grupo de mujeres les exigen el respeto a sus derechos, cuando ven a un par periodistas trabajando y te ven joven y pretenden intimidarte pero, la sonrisa no me la quitan ni las ganas de seguir trabajando, y a las “Viejas vandálicas” lejos de joderlas les dieron un motivo más para seguir denunciando, protestando y actuando juntas. Esperen saber más de ellas pronto.

Opinión | Dos periodistas y unas viejas vandálicas

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