Los recuerdos no están en mi mente, pero el 18 de abril siempre estará presente

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Este 18 de abril de 2019 se cumple un año de la revolución cívica del pueblo nicaragüense • Foto: UNAB/Cortesía

Doy la bienvenida al 18 de abril de 2019 en la Terminal del Aeropuerto de Bilwi, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte. En la pantalla de la televisión está un canal oficialista. Pasan la promocional de un video manipulado sobre la familia que murió calcinada en el barrio Carlos Marx. Por suerte, una persona trabajadora del aeropuerto cambió de Canal y puso uno musical.

Mientras espero la avioneta para retornar a Managua, intento que vuelvan a mi mente las imágenes de lo vivido el 18 de abril de 2018, el día que el pueblo se levantó para defender sus derechos, el día que la dictadura Ortega-Murillo vio amenazada su permanencia en el poder y optó por la represión más letal de la historia reciente de Nicaragua, valiéndose del uso desproporcionado de la fuerza policial y de sus fuerzas de choque, más adelante convertidas en parapoliciales y paramilitares, quienes impusieron un estado de terror y a punta de balas acabaron con la vida de más de 325 personas.

Por más que lo intento las imágenes no vienen a mi memoria. Sé que no debo preocuparme, así me lo han recomendado los especialistas, pero no deja de causar angustia. Por suerte, no todo está borrado, gracias a la tecnología la grabación quedó para la historia.

La tarde del 18 de abril de 2018, Patricia, Duyerling, Tininiska y Celia salimos de la oficina de Onda Local rumbo a Camino de Oriente, carretera a Masaya, en Managua, para dar cobertura a las protestas por las reformas a la seguridad social, que afectaba a las personas jubiladas, deducía un 5% de sus pensiones, aumentaba la cuota de cotización a trabajadores y empleadores y cambiaba la fórmula de cálculo de las nuevas pensiones. 

El 18 de abril ocurrió lo que nadie esperaba. Por un lado, una explosión ciudadana levantada contra la dictadura Ortega-Murillo. Por el otro, la respuesta violenta del régimen Orteguista contra las personas manifestantes y periodistas. Las miradas del mundo volvieron sobre Nicaragua.

La Juventud Sandinista atacaba con piedras y palos, quebraron los vidrios a varios negocios ubicados en Camino de Oriente, robaron cámaras y celulares y agredieron a quienes encontraron a su paso. Después, se sumaron los grupos de motorizados e intensificaron los ataques, todo bajo la vista y consentimiento de la Policía Orteguista.  

La transmisión de Onda Local captó el momento de la agresión a Ana Quirós, directora del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS). Ana era asistida por un grupo de jóvenes manifestantes, quienes intentaban detener el sangrado de su cabeza. Tiempo después, Ana fue expulsada de Nicaragua, luego que la dictadura Ortega-Murillo le canceló la nacionalidad nicaragüense y le arrebató la personalidad jurídica a la organización que dirige.

Mi transmisión se interrumpió de manera abrupta. “Han tirado otra piedra y nos han golpeado, vemos cómo la Juventud Sandinista sigue llegando y está agrediendo a un joven. -suenan vidrios- Me acaban de dar una pedrada a mí”, fue lo último que dije. En el video se observa cómo al darme la vuelta aparece un hombre de camiseta blanca, con un garrote en la mano. Me robaron el celular y me golpearon al punto de perder la memoria. El neurólogo dijo que producto de la golpiza sufrí pérdida retrógrada de la memoria, es decir que no tengo ningún recuerdo de lo acontecido ese día.    

En otro video, grabado desde el otro lado de la calle, se observa el momento en que fui  agredido por varios turberos del FSLN. Me atacaron con un palo y puñetazos hasta que caí inconsciente. Fui auxiliado por jóvenes que participaban de la protesta, quienes me llevaron hasta donde estaban Patricia y Duyerling. Al ver que hablaba incoherencias y divagaba en las mismas preguntas decidieron trasladarme donde una médica, amiga de Onda Local; y posteriormente al hospital Fernando Vélez Paiz, donde estuve ingresado durante una noche.

Recuperé la conciencia el 19 de abril de 2018. Nicaragua era noticia mundial. Casi todo el país estaba insurreccionado en las calles pidiendo justicia y libertad. El 19 de abril de 2018, Daniel Ortega pasó a la historia como otro dictador sanguinario y la mayor parte de la población nicaragüense empezó una lucha que será inclaudicable; la justicia y la democracia, porque los crímenes de la dictadura Ortega-Murillo no van a quedar en la impunidad. Un día habrá justicia, y quienes hoy actúan como verdugos de la ciudadanía, tendrán que pagar.    

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