Casa por cárcel para Carlos Valle: Me tuvieron secuestrado 68 días. Platiqué con los gatos

Carlos Valle fue guerrillero y militante del Frente Sandinista. “Prácticamente nací en el Frente”, dice media hora después de salir de las celdas de El Chipote, donde fue encerrado el 15 de septiembre de 2018, cuando regresaba de la marcha “Todos Somos Patria”, protestaba y exigía la liberación de su hija Elsa Valle.

Valle se define como “un luchador, voy a seguir luchando”. Nunca fue presentado ante un juez, no estuvo acusado de ningún delito. Se muestra apropiado de sus derechos, sabe los procedimientos como que fuera abogado, pero aclara que no lo es. “En El Chipote no se permite abogado, lo único es un recurso de exhibición personal”.

Los relatos de quienes han estado ahí, incluyendo a presos políticos, describen las celdas de El Chipote, como las peores. En la oscuridad y aislamiento no se puede platicar. Carlos testifica que los compañeros de celda eran los gatos en busca de comida. “Hasta hablábamos con ellos, para no volvernos locos, y les entendimos el vocabulario, era tan inmenso el deseo de conversar”.  

Luego de casi tres mil horas detenido ilegalmente, se define un rehén político, nunca lo llevaron a una audiencia, ni lo acusaron de ningún delito. Carlos recalca, “yo no cometí ningún delito”.

En medio de la tragedia, dice sentirse orgulloso de haber estado encarcelado en El Chipote. No a cualquier “pelagato”, lo llevan ahí, señala. “Han caído grandes personajes históricos que han luchado por la liberación de Nicaragua”.

Cada vez que llegaba una Comisión de Derechos Humanos a El Chipote, sacaban a todos los presos políticos y los llevaban a la Estación Policial del Distrito I, ubicada en el Gancho de Camino, en el Mercado Oriental. Era la dinámica con la que operaban en El Chipote.

Ahora Valle puede ver la luz del sol, pero tiene el país por cárcel, no puede salir de Nicaragua y cada mes tiene que llegar a firmar a la Cárcel Modelo, afirma. Denuncia que los últimos presos políticos acusados de las últimas detonaciones, llegan torturados. “Hay un señor que se llama José Santos que todavía no puede caminar”.

Hoy comenzó la negociación convocada por el régimen Ortega-Murillo donde se decidirá el rumbo del país. Carlos Valle está pendiente, “soy un luchador” refiere.

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