Penalizaron el aborto, pero hacen abortar a prisionera política

Elsa Valle de 19 años sufrió un aborto mientras estuvo detenida debido a los maltratos físicos y psicológicos que recibió estando en las cárceles de El Chipote y La Esperanza. Según su denuncia, cuando visitó a un médico le informó que presentaba una fuerte infección vaginal debido a los residuos de un aborto que se produjo a los tres meses de gestación.

Valle relató al diario La Prensa que durante los seis días que estuvo presa en El Chipote “vomitaba, sentía mareos y pasaba sólo dormida”, síntomas que se repitieron durante estuvo presa en  la cárcel La Esperanza.

En Nicaragua el aborto lleva doce años de estar penalizado en todas sus formas, desde el 26 de octubre de 2016, cuando la Asamblea Nacional derogó el artículo 165 del Código Penal. Se castiga con cárcel a quienes lo practiquen o lo provoquen.

Un comunicado emitido por el Punto Focal Nicaragua de la Campaña por la Legalización y Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, señala que el régimen Ortega-Murillo exhibe su doble moral. “Desde sus medios oficiales proclama la paz, el amor, la tolerancia, reivindica la unidad familiar y los valores cristianos, mientras establece la eliminación de toda posibilidad de interrumpir el embarazo, condena con cárcel a las mujeres y al personal de salud y acusa a defensoras de derechos humanos que luchan por el Derecho a Decidir”.

El comunicado también refiere que en mayo otra joven detenida y encarcela en El Chipote, denunció que fue sometida a torturas por las cuales abortó.

En reiteradas ocasiones, se ha denunciado que la penalización del aborto provoca que muchas mujeres mueran al realizarse abortos clandestinos. 

La campaña 28 de Septiembre, en el Día Internacional por la Despenalización del Aborto, recordó que la criminalización del derecho a decidir impide a las mujeres el ejercicio de ciudadanía sobre su propio cuerpo.  “Se ha agudizado y ensañado mediante la tortura y el terrorismo de Estado contra las presas políticas, como es la violencia sexual en todas sus manifestaciones, cuyas consecuencias incluyen desde embarazos impuestos, infecciones de transmisión sexual, lesiones físicas y sicológicas, entre otros daños permanentes en el cuerpo y la vida de las mujeres”.

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