La vida de las mujeres en el Wangki “es difícil, es difícil, es difícil”

Duyerling Ríos

La semana pasada los diarios nicaragüenses daban cuenta de los últimos femicidios ocurridos en los municipios de Ocotal, Jinotega y Siuna. Pero, cuánto sabemos de la situación que viven niñas y mujeres de las comunidades de la ribera del Río Wangki. Rose Cunnighan Kain de la organización Wanki Tangni, compartió esta entrevista con Onda Local:

La Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres

“La violencia y el femicidio en la Costa Atlántica son graves y no sólo es pensar en el Triángulo Minero o en el Sur, en el Wangki también. Ahora ya no es el golpe, el empujón, que son terribles también, ahora es con cortarlas, descuartizarlas, cosas más crueles y en comunidades alejadas donde las mujeres no pueden correr y acudir a un centro y el centro está en Bilwi, tenemos que cruzarnos al otro lado, es difícil, es difícil, es difícil.

La aplicación de Ley 779 pasa por la necesidad de que el sistema judicial cree las condiciones para la aplicación en el Río, y eso es tener un juzgado de la familia, tener un juzgado de distrito, tener un fiscal… tener lo básico para poder aplicarla. En Puerto ha habido un avance con el Centro Integral, pero es en Puerto Cabezas, está a cinco horas en bus desde Waspán y de las comunidades está a varios días.

Nosotras como organización de mujeres hemos hecho la traducción de la Ley 779 al misquito, vamos con la defensora pública, la jueza y las invitamos, con las promotoras contra la violencia y nos vamos a las comunidades a hablar con hombres y mujeres, con los pastores. Hacemos trabajo de ir creando conciencia sobre la Ley, pero si el sistema no está completo de nada nos sirve también y que tengamos acceso a la justicia, porque no hay un fiscal, entonces no hay caso, empezando por ahí. Porque entonces la jueza te dice yo puedo conocer el caso pero que se vayan a Puerto ahí es donde tienen que ir”.

¿Qué pasa con los wihtas?  

“Hay que hacer un trabajo de prevención con los wihtas (administradores autóctonos de justicia) para que ellos también nos ayuden, pero que la comunidad tome conciencia de poder proteger a la mujer. Entonces es ir de casa en casa que cuando una mujer está siendo agredida ¿cuál es su plan de seguridad? Tocar las ollas, hacer la bulla, para que las vecinas oigan y correr a la iglesia a tocar la campana. Tratando de ver cuál sería la mejor forma de poder hacer la bulla y salvarles la vida a las mujeres. Que cada una tenga su propio plancito de seguridad para poder escapar con sus niños”. 

¿Qué dificultades tienen las mujeres organizadas en el territorio?

Hemos tenido caso de niñas que han logrado escapar, que los padrastros o las familias han hecho una negociación con ella. Las cruzan al otro lado del Río, que es Honduras y ellas escapan y vienen donde las promotoras contra la violencia y las organizaciones de mujeres del Wangki y resulta que después reciben amenazas de que les van a quemar las casas, que van agarrarla contra su familia. Ahí entramos a otro tema que es quién defiende a las defensoras ¿Cómo documentamos los casos? y ¿cómo logramos nosotros de que la gente pueda interponer más denuncias? porque luego se callan por miedo.

En el municipio de Waspán hay cinco territorios indígenas y esos territorios tienen en su estructura territorial machistas, y también tenemos a las mujeres que están con el miedo de denunciar, de documentarlo, se siente perseguida por las familias. Eso nosotras lo hemos venido denunciando, pero como le digo es difícil por el aislamiento en el que uno vive”.

Frontera, refugio de violadores 

“Lo que tenemos en el Río es la presencia de la Policía y la presencia del Ejercito con las brigadas ecológicas. Pienso que cuando hay movimientos fuertes del crimen organizado hasta la comunidad es la que cuida de ellos. Habría que aumentar un poco el personal y el presupuesto para la policía del Río Coco. Porque resulta que te pueden violar sexualmente y cuando buscas al violador, simplemente como el Río está tan seco, se cruza el Río hasta a pie o nadando y ya está en Honduras y no pasa nada, a los meses regresa y como que no pasó nada. Siento como que el miedo ya está institucionalizado y la mejor forma de vivir con su miedo es no ver, no escuchar, no hablar, entonces terminando siendo una sociedad tolerante de la violencia”.

El ausentismo ya no es de los niños, es de los maestros

“Las niñas son las que menos logran egresar del sexto grado, porque las niñas asumen responsabilidades en sus casas como el cuidado de los otros niños de la familia o con los cuidados de la casa. Nosotras creemos que habría que hacer un estudio más profundo para documentar todo esto.

Es difícil cuando las instituciones están por partido, hay un arreglo de partido y la educación en el Río está mal, está manejado por YATAMA la educación en el Río y creo que no han tenido la voluntad o la facilidad de encontrarse personas que sí puedan desarrollar todo el sistema educativo, porque en la RAAN nosotras hemos logrado tener un Modelo de Educación Autonómico y lo que hace falta es impulsar el modelo de educación. Se necesita gente que tenga principios, que tenga valores, que no utilicen a las niñas con favores sexuales por nota, que no le pidan guaro a las niñas por nota, el ausentismo ya no es de los niños es de los maestros”.

Los recursos del territorio y las mujeres  

“Somos la región y el municipio más rico en recursos, en oro, en aguas -somos muy ricos- pero somos los más empobrecidos. Usted viaja sobre el Río y mira toda esas playotas llenas de gente lavando oro, con qué cree que captan el otro que está sobre el Río Coco -con mercurio- están envenenando el agua y matando los peces. En la montaña la gente está como loca llegando y hay nuevas comunidades donde van por miles, y no exagero cuando le digo miles y todo carísimo porque es el oro y se matan ahí en Morobila, Santa Rosa.

En el lado de Honduras está la invasión de los olanchanos, le llamamos nosotros, son mestizos que llegan armados y que hacen grandes potreros y botan todo el bosque para sembrar, donde antiguamente la gente del Wangki sembraba.

Luego tenemos a lo interno de Nicaragua una invasión bien fuerte, les llamamos colonos, no sé de dónde llegan, pero llegan y se sientan cerca de las comunidades misquita y comienzan a sacar, se hacen dueño de un tuco de terreno y comienzan a sacar la madera, terminan esa madera y se mueven a otro sitio. Decía un pastor, en el nombre de dios estamos perdiendo todo, porque por no pelear, la gente va invadiéndoles las tierras a los indígenas.

Las mujeres están metidas en el tema, porque se está alejando la leña y se está alejando la comida, los animales se están desapareciendo, un cusuco, una iguana, ahora ya no existen…los venados; todo se ha alejado. Lo peor es que se aleja el agua y desaparece el agua y se están secando los criques, los zuampos que son los que alimentan todo el sistema de agua.

Si llega una mujer de Managua a hablar de violencia por ejemplo, habla de violencia doméstica. Las mujeres la quedan viendo, no, pero mi violencia parte desde que no tengo nada qué ponerle en la mesa a mis hijos, el agua está alejada, me toca cargar el agua a mí, camino varios minutos, horas para traer el agua y si el hombre me quiere insultar, lo primero que hace es patear el balde de agua y hacerme ir a caminar de nuevo a traer el agua…”.

32 horas con pegaderos

“Para llegar a Waspam, usted se va a la Cotran aquí en Managua, se sube a un bus de mala muerte, porque ahí va parándose a cada rato para echarle agua a su radiador. 32 horas con pegaderos, terrible, los buses desaparecen dentro del fango y vuelven a salir. Imagínese usted mandar a una mujer a hacerse la quimioterapia en esos buses. Imagínese una mujer que viene buscando un hospital especializado para hacerse una cirugía.

Y le estoy hablando de la carretera troncal que es responsabilidad del Estado, después estamos con los caminos que van de la carretera troncal a las comunidades, casi desaparecidas, faltas de puentes. Tiene que ver también con nuestros administradores, nuestros alcaldes son YATAMA, son misquitos. La corrupción ha llegado a unos niveles comunitarios. Cuando estamos nosotros en proceso electorales a cada rato y está polarizada la cosa. Tenemos que ver cuál es la fórmula mejor para que podamos lograr administrar mejor los recursos de la Costa.    

Poco empleo

“Hay poco empleo. La parte informal es casi como un trueque. Un mercado que casi no tiene nada, digamos de productos básicos, porque la gente no está sembrando lo suficiente porque tampoco hay suficiente tierra, ni semillas. Nosotras con las mujeres estamos sembrando, en estos períodos secos, verduras.

Me preguntaban hace poco, cómo hacen que las huelgas de Waspam sean tan grandes y duren tantos días, yo le decía a una señora váyase a su casa, vaya a descansar, después regrese, y me dice de qué me sirve si igual no tengo nada que comer en la casa. Un 80 y pico porcentaje de desempleo; y han estado protestando por el alto costo de la vida. Ustedes ni se dan cuenta de lo que pasa al otro lado de Nicaragua.

La gente protestó, protestó y decidieron tomarse la avioneta de la Costeña que era la que llegaba. A partir de la toma, la Costeña decidió no seguir volando, ahora para llegar a Waspam tenemos que pensar en otra cosa. Creo que el Estado debe de inventarse junto con nosotros, con todo lo que es la plataforma y el fundamento de los derechos de los pueblos indígenas, que es la consulta libre, previa e informada, sentarnos con el Estado, inventarnos y buscar una alternativa de algo que podamos producir y sacar adelante, de sacarnos de esas condiciones de pobreza”.

  

Noticias | La vida de las mujeres en el Wangki “es difícil, es difícil, es difícil”

Te podría interesar