La espera para conseguir la primera dosis contra la Covid-19 en Nicaragua

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Primer día en el centro de vacunación Hospital Manolo Morales en Managua • Foto: Onda Local

Este 22 de septiembre, se cumplen tres días de que Nicaragua inició el proceso de vacunación a personas de 30 años en adelante, se estima que este grupo poblacional representa más de dos millones de personas según datos del último censo realizado en 2019 por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE).

Hasta el 17 de septiembre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) contabilizó que en Nicaragua se han aplicado 769,105 vacunas de ese total 490,472 corresponde a la primera dosis y 278,633 a la segunda.

La OPS, también informó que en el mes de agosto Nicaragua recibió un primer lote de 97, 920 dosis donadas por España por medio del mecanismo COVAX, a lo que se suma una segunda donación de 333,700 dosis de vacuna AstraZeneca para un total de 431,620 vacunas contra la Covid-19.

El régimen de Daniel Ortega prevé que esta jornada de vacunación culmine el próximo 09 de octubre. Sin embargo, desde el 20 de septiembre entre la ciudadanía ha incrementado la demanda por ser vacunadas, esto como consecuencia del aumento de casos y muertes por Covid-19 reportados por la misma ciudadanía, médicos independientes y el Observatorio Ciudadano Covid-19 Nicaragua.

Desde el pasado 01 de septiembre, el Observatorio llamó a cuarentena voluntaria durante todo el mes por el pico pandémico que actualmente atraviesa el país y el colapso del sistema de salud. Durante la primera quincena de septiembre, reportaron que la mitad de los casos sospechosos analizados se presentaron en personas de 20 a 49 años. “Aproximadamente una de cada tres muertes analizadas (33.6%) se presentan en el grupo de edad 20-49 años. Un 62% de las muertes se presentaron en personas mayores de 50 años”.

Pese a que el Ministerio de Salud (Minsa) únicamente registró a 705 personas con Covid-19 y una persona fallecida por la misma causa durante la semana del 14 al 21 de septiembre.

Largas filas cuando cae la noche

Es martes 21 de septiembre en Masaya, la jornada de vacunación en este municipio fue anunciada para el día siguiente 22 de septiembre, los puestos habilitados fueron seis. José se ha unido a las 5:40 de la tarde del 21 de septiembre, en la fila del puesto de vacunación de la sede departamental del SILAIS.

“Cuando llegué el ambiente estaba tranquilo, pero después hubo desorden porque había gente que no estaba en la fila y se metió en el momento que empezaron a llamar a las primeras 400 o 600 personas. Había contabilizado más o menos como 700 sillas y al final salí siendo casi el mil, eso quiero decir que se metieron aproximadamente más de 300 personas”, asegura.

José comenta que las primeras indicaciones recibidas por una persona del Minsa fueron a las 10 de la noche, “pasaron verificando la fila y cuantas personas se iban a vacunar, nos dijeron que estuviéramos pendientes, con nuestra cédula en mano y que en algún momento nos llamarían, pero no nos confirmaron la hora, sólo nos dijeron que habían entre 1,500 y 1,700 vacunas destinadas para ese centro de vacunación”.

Después de once horas esperando, José llegó al puesto donde le aplicarían la primera dosis de AstraZeneca, “una vez adentro te hacen firmar la carta donde ni el gobierno ni el Minsa se responsabilizan ante cualquier efecto secundario que te provoque la vacuna, después te toman la presión si estás bien podés continuar con el proceso, sino te meten a un puesto médico para tratar de controlarte la presión”.

La última fila que hizo José fue en el salón donde entregó su cédula y el número que le habían asignado para que llenaran la tarjeta de vacunación, “te ponen la vacuna sumamente rápido y luego pasas a un área donde estás un minuto por si te da mareo o te sentís mal, después te podés ir”.

A 28 kilómetros de Masaya, en Managua la realidad es casi la misma. Aunque, a diferencia de Masaya en la capital designaron cuatro puestos de vacunación con atención consecutiva desde el lunes 20 de septiembre hasta sábado 25 de septiembre.

Carter, llegó a la fila del Hospital Lenin Fonseca a las 10:45 pm del martes y se vacunó a las 5:45 am del miércoles. Para ella, la jornada de vacunación ha sido deficiente, porque las autoridades no han tenido el nivel de organización necesario. “Dejé pasar el lunes, dejé pasar el martes y más o menos me hice una visualización como es el ambiente, entonces tomé las precauciones; llevé mi doble mascarilla, mascarillas extra, alcohol, comida para comer antes de la vacunación y no desmayarme”.

Carter, aseguró que en el puesto donde ella se encontraba la jornada inició a las 4 de la mañana, “a las 3:30 llegaron las personas trabajadoras de la salud y cuando pasaron comenzamos a aplaudirles como una forma de resiliencia, porque sus jornadas laborales son de 18 horas o más”.

Carter nunca imaginó que para conseguir la primera dosis de la vacuna tendría que esperar más de cinco horas, pero sabe que hay muchas personas que continúan perdiendo la vida a causa de la pandemia, “yo perdí a mi papá por la Covid-19, así que les recomiendo que por el bien individual y por las demás personas se vayan a vacunar”.

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