Día de no comprar nada

Este 23 de noviembre, mientras decenas de personas aprovechan las promociones del Black Friday, otras no compran nada, y no es que estén ahorrando o no tengan recursos, sino por sumarse a las protestas contra el consumo.

    
Al igual que el viernes negro, mundialmente se reconoce el cuarto viernes de noviembre como el Día de No Comprar Nada o el Día Mundial sin Compras como parte de una jornada mundial de protestas en la que se invita a toda la población a no consumir nada con la finalidad de denunciar el actual modelo de producción y consumo y promover formas de consumo alternativo.


En los últimos años se han unido a esta jornada de protestas  activistas ecologistas, ya que parte del problema medioambiental proviene del consumismo exacerbado.


El Día sin compras fue fundado por el artista de Vancouver Ted Dave y posteriormente promovido por la revista canadiense Adbusters. Los participantes de este movimiento se abstienen de comprar cualquier cosa durante 24 horas como una exhibición concentrada del poder del consumidor.


Paros de consumo en Nicaragua  


Decenas de nicaragüenses no esperaron hasta el 23 de noviembre para convocar los paros de consumo o las huelgas de consumo, no en oposición al consumismo desmedido, sino como una forma de protestar contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que desde el 18 de abril de 2018 ha reprimido las manifestaciones pacíficas del pueblo nicaragüense, dejando miles de personas heridas, más de 500 personas asesinadas, centenares de reos políticos y miles en el exilio.   


 


Este paro de consumo ha contemplado el boicot ciudadano a empresas vinculadas o cómplices del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tal es el caso de la Distribuidora Nicaragüense de Petróleos (DNP).

En días específicos, las huelgas de consumo han instado a la población a comprar sólo lo necesario para el consumo del hogar, no visitar restaurantes y comidas rápidas, bares, discotecas o karaokes, no realizar compras en plazas, supermercados o centros comerciales , no realizar ningún tipo de pago de servicios, no realizar transacciones bancarias de ningún tipo, ni comprar combustibles.


Los llamados paros de consumo, han sido calificados por sus organizadores como desobediencia ciudadana y como una forma de demandar la renuncia del matrimonio presidencial Ortega-Murillo y demandar la libertad de los presos políticos.

 

Juan Carlos López, del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor, afirma que no entiende cómo medir los objetivos y los alcances. “La economía del país está muy frágil y los economistas famosos hablan de peores escenarios. Sumemos a una crisis política una crisis social y peor económica. Lamentablemente todos estamos siendo perjudicados por los errores políticos del Gobierno y de los adversarios en estos casi 6 meses de inestabilidad. Nadie quiere oír. Nadie quiere ceder y el oportunismo de líderes supuestamente políticos quieren salir diciendo que ellos tienen la receta a los males del país”, señala López.


Un paro de consumo o empresarial ¿cómo codifica una solución crítica o revive muertos o saca de la prisión a las personas?, se pregunta Juan Carlos López.  Agrega que socavar la “pobre economía del país reprime la vida de los ciudadanos que sumado a la inestabilidad social saben que sólo queda emigrar o sobre vivir ante la pobreza”.
Pero, quienes han llamado al paro de consumo han informado en sus redes sociales que las empresas afines del régimen Ortega-Murillo, ya han empezado a sentir los efectos del paro de consumo. Por ejemplo, en el mes de Octubre lograron reducir el consumo de DNP en un 50%.

Algunos medios de comunicación han informado que DNP Petronic ha cambiado su logo e imagen, después del inicio de la campaña en las redes sociales que llaman a transportistas a no cargar combustibles en dichas gasolineras.  Estos cambios han sido constatados en León, que ahora lleva el nombre de  Petróleos Centroamericanos (Petrocen).
 

 

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