Represión policial contra manifestantes evidencia desesperación del régimen Ortega-Murillo

La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil condenó el estado de sitio impuesto por las vía de hecho por el régimen de Daniel Ortega al coartar una serie de libertades y derechos individuales y colectivos de la población nicaragüense, como el derecho a la protesta y la libre movilización consignados en la Constitución Política de la República de Nicaragua.

“Para la dictadura de los Ortega-Murillo y allegados, las marchas de la población en resistencia pacífica representan un dolor de cabeza permanente porque no han podido impedirlas pese a la criminalidad que desataron con resultado de más de 400 personas muertas, más de dos mil heridas y miles de desaparecidas, secuestradas, capturadas, y torturadas. Más de 300 continúan en las cárceles como prisioneras y prisioneros políticos”, señala el comunicado de la Articulación.

Agrega que las marchas son el testimonio vivo de la resistencia pacífica del pueblo nicaragüense, la evidencia del cuestionamiento a la dictadura orteguista por su ejercicio despótico, corrupto y sangriento del poder, la crítica a su comportamiento criminal, la evidencia de que la mayoría de la ciudadanía desconoce a los Ortega-Murillo y allegados como autoridades legítimas, la voz de quienes les dicen que no los representan y que exigen que se vayan.

“Este sábado y domingo la dictadura orteguista intentó otras operaciones represivas y logró impedir las marchas ciudadanas previstas para estos días en Managua, Estelí y Telica, realizando secuestros en ambas”, señala.

La Articulación mencionó que este domingo 30 de septiembre, en Managua fueron detenidas tres señoras de la tercera edad; una de ellas, Miriam del Socorro Matus, de 78 años, conocida como doña Coquito, quien se volvió un símbolo de las protestas tras regalar su venta de agua helada a los manifestantes que se encontraban afuera del Seminario Nacional en el segundo día del Diálogo Nacional. “Fue tirada a una tina y obligada a acostarse por varios antimotines que la maltrataban. Las llevaron a El Chipote donde horas después fueron puestas en libertad. Otra prisionera fue Flor, quien en todas las marchas baila con un vestido folclórico azul y blanco”, describe el comunicado.

“Ahora la dictadura se lanzó enfurecida casi con un ejército contra las manifestaciones pacíficas, emplearon a cientos de antimotines para cercar a la ciudadanía azul y blanco, atacándola con bombas lacrimógenas y de estruendo, aturdidoras, para dispersarla, persiguieron a los grupos que reintentaban reagruparse, y mantuvieron una vigilancia constante durante casi dos horas con antimotines y paramilitares que en camionetas y motocicletas recorrían el barrio Riguero llenándolo de terror. Igual hicieron este domingo por el mercado Iván Montenegro. Paradójicamente, la furiosa represión dio motivo a hermosas expresiones de solidaridad de los pobladores con los manifestantes que trataban de escapar de los ataques orteguistas”, añade.

La Articulación de Movimientos Sociales denunció que la dictadura cerró el acceso a calles y avenidas para impedir que se sumaran a las marchas pobladores de los diversos sectores de la capital, y ocupó –como lo viene haciendo desde hace varias semanas—las rotondas con empleados públicos y turbas movilizados en vehículos estatales y protegidos por policías y antimotines.

“La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil denuncia este uso excesivo de la fuerza, este derroche de los recursos públicos, esta manipulación de las personas empleadas del Estado, y la utilización de efectivos policiales para coartar derechos jurídicamente establecidos, todo para defender los intereses multimillonarios de los Ortega-Murillo, que están aferrados al poder y no les importa seguir llenando de dolor y luto al pueblo nicaragüense, sobre todo a las madres que sufren tanto por sus hijas e hijos asesinados, heridos, desaparecidos, secuestrados o presos”.

Asimismo, manifestó que “las marchas no deben cesar, porque  representan el corazón de la protesta, son la expresión principal de la movilización ciudadana en contra de la dictadura. Suprimir las marchas sería como darse por derrotado, lo cual no debe suceder después de la matanza sufrida, y porque no queremos vivir bajo un régimen de terror”.

La Articulación alentó a la ciudadanía en lucha a no cesar las marchas porque la población en resistencia pacífica está empeñada en que se cumpla su clamor, como lo es la salida del régimen Ortega-Murillo, es un derecho constitucional, la sangre derramada no debe ser traicionada, se alarga en el tiempo la dictadura orteguista y sería aceptar vivir sometidos, sin derechos y constantemente reprimidos.

 

De igual manera, la Articulación denunció que el régimen Ortega-Murillo está estableciendo en Nicaragua un régimen de exclusión y marginalización de la mayoría de la ciudadanía, un sistema de “apartheid” con algunas características similares al que existió por décadas en Sudáfrica. “Bajo este oprobioso sistema político “hitleriano” la dictadura intenta confinar a la ciudadanía en resistencia a las cuatro paredes de sus casas, así como tiene recluidos en sus mazmorras a más de 300 prisioneras y prisioneros políticos, muchos de ellos sometidos a crueles e inhumanas torturas. Además, quiere llevar a juicios políticos a las personas y organizaciones que convoquen a marchas”, advirtió.

La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil convocó a la ciudadanía azul y blanco  a continuar marchando por las calles, caminos y veredas de toda Nicaragua, hasta lograr el final de la dictadura orteguista. “Las recientes amenazas de la dictadura a los grandes empresarios para que desistan de convocar a nuevos paros nacionales y sus esfuerzos desmedidos este fin de semana por impedir las manifestaciones en las calles, muestran a un régimen atolondrado, frustrado y desesperado que ya no haya qué hacer y que quizás esté en sus últimas patadas de ahogado para comenzar su desintegración y caída, forzado también por la condena mundial que se le ha venido encima y que arreciará en las próximas semanas, incluso con medidas concretas que lo afectarán profundamente. Todo esto resalta la necesidad de que a lo inmediato todas las fuerzas anti orteguistas conformen una Concertación Nacional “Azul y Blanco” contra la Dictadura”.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) advirtió que considerar responsables o exigir cuentas a organizadores y participantes en las reuniones por el comportamiento ilícito de otros, viola normas básicas de la responsabilidad penal y los estándares sobre derecho a la libertad de reunión pacífica.

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